El tratado de las plantas

El marco del Tratado Internacional de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura ha puesto a disposición del público muchos parientes silvestres de cultivos almacenados en colecciones públicas de todo el mundo para su uso en investigación y mejora vegetal. Por ejemplo, gracias a este Tratado Internacional es posible acceder a más de 10 000 accesiones de PSC contenidas en las colecciones de CGIAR. El Tratado Internacional establece un sistema multilateral en el que más de cien países se han comprometido a compartir los recursos genéticos de los cultivos alimentarios más importantes para la seguridad alimentaria mundial, incluidos los parientes silvestres de cultivos. El Tratado Internacional promueve el intercambio de parientes silvestres de cultivos y otros recursos fitogenéticos, y se encarga de que los beneficios derivados de su uso se compartan de forma justa y equitativa.

El Tratado Internacional fue adoptado en 2001 por la trigésimo primera sesión de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el objetivo de crear un sistema mundial que facilite el acceso a la diversidad de cultivos por parte de agricultores, obtentores e investigadores. Aquellos que accedan a los materiales genéticos a través del sistema multilateral establecido por el Tratado Internacional están obligados a compartir cualquier beneficio por productos comerciales que obtengan como consecuencia del uso de dichos materiales, haciendo una contribución económica a un fondo de distribución de beneficios si los productos no se ponen a disposición del público. Además, el Tratado Internacional reconoce las importantes contribuciones que los agricultores han hecho al continuo desarrollo de la diversidad de cultivo y hace lo posible para incluirlos en procesos de toma de decisiones y para que también reciban parte de los beneficios derivados del uso de estos recursos.

El fondo de distribución de beneficios invierte en proyectos que fomentan la gestión mejorada, la conservación y el uso sostenible de recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. La conservación de los parientes silvestres de cultivos forma parte del objetivo de estos proyectos; por ejemplo, el fondo de distribución de beneficios ha invertido en un proyecto para conservar Zea nicaraguensis, un pariente silvestre del maíz.

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